dimarts, 18 d’octubre del 2011
"Marx i Freud" - Erich Fromm
dimarts, 11 d’octubre del 2011
Carta de J. Valderribas + Resposta de Carles Fauró
Vaya por delante que mi simpatía no distingue gentilicios, distingue personas y colectivos. Me caen simpáticas les personas honradas, las personas de mente abierta que aceptan la diferencia como riqueza e intentan combatir sus propios prejuicios, los prejuicios tópicos y las falsas generalizaciones; me caen simpáticas las personas que en lugar de crear problemas se esfuerzan en solucionarlos, las personas que hacen del respeto a los demás una de sus normas básicas de vida, las que se esfuerzan en conseguir noblemente sus objetivos, las que luchan por la libertad y la justicia… En resumen, me caen simpáticas muchísimas personas sean del gentilicio que sean
Me caen simpáticos, en general, los pueblos del mundo, cada uno con su idiosincrasia, su cultura, su lengua, sus costumbres, todo ello opinable, discutible en algunos aspectos y, en otros, rechazable. Me caen simpáticos los colectivos y las comunidades que luchan a favor de los derechos humanos, tanto individuales como sociales y políticos.
Vaya por delante que mi simpatía por las personas que no muestran respeto, que insultan, que hacen de la violencia verbal, física o psicológica su manera de relacionarse con los demás, es nula. Como también es nula mi simpatía por las falsas generalizaciones y pretender hacer con ellas un corpus intelectual. Y nula mi simpatía por la ignorancia, las manipulaciones y las tergiversaciones de la historia.
Y vaya también por delante que mi simpatía por los grupos o colectivos que intentan imponer por la fuerza y sin ningún tipo de respeto sus ideas o su manera de entender el mundo y la vida sobre otros grupos también es nula. O ninguna, como usted dice.
Soy catalán, Sr. Valderribas, y me siento insultado no sólo como catalán, sino como persona sin necesidad de añadirle gentilicio alguno. Si me dejara llevar por la supuesta ira que pudiera provocar su panfleto (no creo que merezca otra cualificación) podría dedicarle muchos epítetos y muchos adjetivos. Pero mi sentido del respeto y de los valores democráticos me lo impiden. Y además, no vale la pena.
Tengo amigos castellanos, grandes amigos y grandes personas, tanto en Catalunya como en Castilla, y estoy seguro de una cosa: leyendo su escrito (sustantivo más que generoso) van a sentir tanta vergüenza como la que yo he sentido. Si ser español es ser como usted, que me borren.
No voy a rehuir el combate dialéctico en lo que vale la pena: ya le he dicho que soy catalán y para mi Catalunya es mi nación, con todas sus virtudes -cosa que usted no sabe ver- y todos sus defectos -y no hacen falta ni sus insultos ni sus mentiras para verlos. Pero yo, Sr. Valderribas, no lanzo Catalunya contra nadie ni contra ninguna otra nación, porque todas, todas sin excepción, también con sus virtudes y sus defectos, merecen mi respeto. Ser alemán no es igual a ser nazi, ser francés no es igual a ser chovinista ni jacobino, ser castellano no es ser imperialista ni “conquistador”, ser vasco no es ser terrorista, ser judío no es ser sionista. Y ser catalán no es ser lo que usted dice. Y vaya por delante mi respeto a fenicios y judíos. Aclare sus conceptos y sus ideas, Sr. Valderribas, porque está inmerso en un mar de confusiones que además son tóxicas.
Podría darle muchos más argumento, pero me excedería en el tiempo y en el espacio. Una última recomendación: no creo que ni usted ni los que piensan como usted le hagan un favor a España utilizándola con arrogancia y prepotencia como arma arrojadiza contra, según piensan ustedes, otras partes de España. Si es así, se auto-agreden. Tiene usted, y lo tienen también los que piensan como usted, un grave problema. Y lo tienen que solucionar si no quieren quedarse solos.
Atentamente,
Carles-Miquel Fauró i Sànchez
divendres, 8 de juliol del 2011
petit gest
... Hi ha qui de sobte t’abraça i necessita tocar-te la panxa...
Sense el convenciment que aquell que ens vol educar també ens estima, l’acte educatiu es fa molt difícil i sovint necessitem que aquesta estimació es tradueixi en un gest petit, senzill i que té el poder de deixar una petjada indeleble, que mai s’arribarà a esborrar del tot i que quan visquem moments difícils aquests senyals que deixa l’afectivitat brillaran.J. Cela
diumenge, 15 de maig del 2011
FOOD INC. - Funcionament de la indústria alimentària a EEUU
dimarts, 25 de gener del 2011
Afraid of criticism?
dissabte, 13 de novembre del 2010
dilluns, 18 d’octubre del 2010
Igual que Intel.ligència militar...
Durant el domini britànic de l'Índia li van preguntar a Gandhi què opinava de la civilització occidental. Va respondre: "Seria una bona idea".
Un occident imperialista no pot ser, al mateix temps, un occident civilitzat, ja que els pobles civilitzats no destrueixen altres civilitzacions ni cultures. Ésser civilitzat significa viure i deixar viure, tant a nivell individual com a nivell de les societats en el seu conjunt.
Manifiesto para una democracia de la tierra. Vandana Shiva.
dilluns, 4 d’octubre del 2010
Manifiesto para una democracia de la tierra
Al deteriorar la igualdad, la justicia y la democracia, la globalización alimenta una cultura del miedo que, a su vez, exacerva el fundamentalismo religioso. Ninguna sociedad es inmune a esa desintegración por las líneas de división cultural interna. No es de extrañar que la religión surgiese como forma motivadora del voto en las elecciones indias tras el proceso de liberaliación comercial/reformas de libre mercado impuesto por el Banco Mundial y el FMI en 1991. Y tampoco sorprende que el factor decisivo en las elecciones estadounidenses de 2004 fuese el de los valores religiosos y culturales, por encima de la guerra de Irak o de la economía.
Al mutar identidades de carácter positivo en otras de signo negativo, la globalización está creando e intensificando guerras cultuales. La globalización económica destruye culturas e identidades culturales positivas porque arruina los trabajos y la seguridad laboral de los que la mayoría de personas derivan su conciencia de quienes son. Las identidades ecológicas y económicas están ligadas al arraigamiento en un determinado lugar y en una determinada comunidad. Cuando se destruyen ocupaciones y medios de vida seguros, lo que ocupa el vacío de la pérdida del sentido de uno mismo (o una misma) es una identidad negativa, es decir, una identidad que responde a la pregunta de "¿quién soy? con un "No de los otros". Muchos agricultores estadounidenses y de otros países ya no pueden basar su identidad en la tierra porque las deudas y los embargos los han expulsado de ella.
Estas comunidades desarraigadas son luego manipuladas sobre la base de unas identidades negativas con el fin de crear bancos de votos y un soporte de poder. La democracia se desvía así de la democracia económica debido a una guerra cultural fundada sobre las identidades negativas. Se genera, de ese modo, un círculo vicioso en el que unas culturas y una democracia negativas (una democracia, por cierto, que no es "del pueblo, por el pueblo y para el pueblo", sino "de las empresas, por las empresas y para las grandes empresas") impulsan unas políticas económicas no sostenibles y contrarias a las personas. Los políticos deben ganar las elecciones pero no pueden intervenir en los procesos económicos en nombre de la población que les vota. De ahí que, en lugar de la justicia económica, sean la identidad y la inseguridad culturales y religiosas su principal capital político. Sin democracia económica, la democracia política se convierte en una fuerza de división popular, no de unión. La diversidad cultural y el pluralismo, tejido constitutivo de la democracia, quedan desgarrados por el asalto directo del mercado y de la manipulación de los políticos.
Tenint un sistema com el que tenim, perquè quan parlen de manifestants i els anomenen anti-sistema es dóna per fet que és un insult o despectiu? Tal i com està el pati, és com a mínim un piropo...